Comienza la cuenta atrás para la 10. Edición de la Feria del Coleccionismo de Mungia.

Todo… absolutamente todo, se puede encontrar en una feria de coleccionismo.
Escrutadores ojos de todos los colores, verdes, azulados, castaños, profundamente negros..
Ávidas manos, de todas la edades y condiciones, rebuscan y acaban muchas veces por encontrar esa pieza deseada que pasara a formar parte de su colección.
El puesto de un vendedor, tiene y contiene, las mas variadas ilusiones… en el puedes encontrar desde una maquinilla manual para cortar el pelo, hasta el ultimo modelo de monobloc de la cerveza mas chic del momento, pasando, como no, por sellos, barajas, muñecas, placas de cava, cuarterones de tabaco del 36, marcapáginas, fotografías, libros, hojas de acciones, viejos vinilos, plumines, dedales, cajitas de chapa, cuchillas de afeitar, cromos y un interminable y larguísimo etc.
Todo es accesible, todo se cambia o se compra, todo tienen un precio o una ilusión… y sobre todo, y eso es lo mas importante, todo tiene una historia.
Un año mas a pasado la feria de coleccionismo de Mungia, y ya van nueve ediciones.
Supongo que los hombres y mujeres de Bitxikiak ya esta trabajando con la mente puesta en esa próxima emblemática décima edición.

Como contrapunto una nueva asociación, non vos preocupar, plantea en la localidad asturiana de Sariegu su primera e ilusionante feria del coleccionismo para el 23 y 24 de julio.


A pesar de la crisis, Mungia sigue siendo un lugar para encontrase con los amigos.

De izquierda a derecha, Edu, José (a lo suyo), Javier (iturrigorria). Sentados, Bernat (uralai) y Guillermo.
También acudieron, Juan Carlos (juancar) y sorpresivamente Javier (shell300).


Con una permanente sonrisa y el carro de la compra lleno de chapas de todo tipo, Marta desde Catalunya se acerco a Mungia para hacer intercambios.

Juan Carlos, el último de los bizkainos en incorporarse al Foro Tapón Corona tambien se paso por Mungia a intercambiar piezas.



Encuentro ineludible como cada año con Joaquim.
Un año mas me he citado en Mungia con Joaquim, para saludarnos, pasar unas horas juntos charlando, comiendo, intercambiando y adquiriendo nuevo material para mi colección.

Al final, es él siempre el que me salva la situación y hace que la colección siga aumentando.